Cronómetros, clepsidras, almanaques, manantiales de Luz: un río de belleza fluye inmóvil, una lámina de agua luminosa anterior al Tiempo y al Espacio, y el Lector recoge de esta lámina fragmentos de eternidad, cuentas de ábaco, teselas para un mosaico pitagórico. Las efemérides oscilan sin tic-tac en el péndulo detenido de los ciclos, como astros fugaces, como alfas y omegas. Hay arena del desierto en los relojes parados y un escriba dispuesto a desmenuzar la arena, a registrar en los marcadores electrónicos la implacable aventura de las cronologías, la letanía gloriosa de los decesos, los sucesos funestos o dichosos.
Mirad el busto de Jano, cruzad el dintel de Enero, el calendario perpetuo que os ofrezco es mi tiempo perdido y recobrado, hecho de cristales rotos y jirones de literatura: la historia verdadera de mi vida.
Mirad el busto de Jano, cruzad el dintel de Enero, el calendario perpetuo que os ofrezco es mi tiempo perdido y recobrado, hecho de cristales rotos y jirones de literatura: la historia verdadera de mi vida.
Seré lectora de este almanaque, José María.
ResponderEliminarQue tú nos sigas trayendo textos tan hermosos (aquí o en cualquier otra parte) y que el año te traiga lo mejor para ti y para los tuyos.
Un abrazo.
Muchas gracias, Olga. Igualmente. Feliz Año.
ResponderEliminarYupi! de nuevo el lector de almanaques.
ResponderEliminarEnhorabuena amigo.
Echábamos en falta este almanaque,esta literatura llena de imágenes y reflexiones.
Bienvenido seas.
Un abrazo
"la historia verdadera de mi vida." Frase memorable. Siempre recordaré aquella otra de Garci: "hay películas que nos salvan la vida". Pues eso.
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