Nochebuena Ortodoxa.
Tardé muchos años en comprender el significado de la Estrella de Oriente. En Nochebuena mi madre disponía sobre la mesa un mantel con una estrella roja de cinco puntas y mi padre, muy serio, nos hacía cantar a coro el himno soviético antes de cenar. A las doce de la noche besábamos un icono con la efigie de Lenin. Mientras en las otras casas las familias de Bilbao entonaban villancicos, mi padre desempolvaba su vieja balalaika de veterano del Ejército Rojo y canturreaba Ochichornie repetidamente hasta el amanecer.
Todavía, si algún deportista gana una medalla en televisión y suena elcorrespondiente himno patrio, el sabor dulce del mazapán acude a mi boca como una Estrella fugaz de Belén y cinco puntas de azúcar se clavan en mi corazón huérfano de Dios.
Pues sí, querido José María, todavía los hay que esperamos la segunda venida (de Lenin).
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