8 de Enero

Muerte de Jaime Gil de Biedma.

Para otros el verano reservaba
la tierna abolición de la inocencia,
todo el candor y las sonrisas
del primer esplendor sobre la yerba,
amaneceres jubilosos
a las salidas de las discotecas.
A nosotros agosto nos dejaba
la triste suerte de querer ser poetas,
un frío Monasterio y las desdichas
de la Generación de los cincuenta.
¿Recuerdas aquel bar, aquella noche?
Fue la última y luego la primera,
tu amiga puso nombre a aquel instante
con un verso de Jaime Gil de Biedma.
Luego, en el saloncito,
el tiempo ya no quiso seguir fuera
y se impuso atroz la despedida
porque siempre se impone la conciencia.
Como un cuadro cuelgo hoy aquel recuerdo
entre las ruinas de mi inteligencia.



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