1 de Febrero

Se dedican los meses.

Si las vocales están coloreadas los meses también tienen nombre propio, no el nombre medieval de los latinos, ni la ristra climática, ingenua y vagamente libertaria de los citoyens, quiero decir mis propios nombres: noviembre es el mes en que mi hija bajó de las entrañas de la luna al mundo, áspero y frío, y será noviembre “Inés” por los siglos de los siglos. Abril se llama “Ángela”: las dolorosas caminan por Sevilla con lágrimas de humo, lentamente mecidas por la música se pierden por la calle de mi madre, muy despacio, es una calleja honda que cuenta historias tristes y perfuma el naranjo. Los astrónomos calibran en febrero los cronómetros y cuadran el saldo de efemérides, quitan y añaden minutos a la ciencia, dejando huecos lunares para lo inverosímil: “Newton” es el nombre de febrero. En mayo salta el toro al ruedo salvaje de las Ventas y por eso lo llamo “Joselito”, blanco y muerto en Talavera, con las alas de Paloma por el cielo. “Homero” por septiembre, sobre el mar añil de la literatura, embarcadero podrido para viajes de oro. Escoriales y rosas, los amores núbiles, primer “Rocío”, nunca más agosto, a la orilla dulce de los ríos. En diciembre juego con Elena, con Ángela, con Miguel y con Irene, el Niño Jesús sonríe en el portalito y tenemos estrellitas en los ojos, “Hermanos” lo bautizo. Por octubre, “América” y por julio, “España” guerra ibérica en la pirámide y la jungla, sangre renovada en los trigales secos, odi et amo, corazón continente. Marzo es la guerra de los vientos y “Jesucristo” es el viento sobre el agua, la fe de mis mayores y la mía. En junio hay noches blancas y tableros insomnes, “Ajedrez” soviético para acabar el curso. Enero es la puerta que abre el año y mi padre me aguarda en esa puerta como Virgilio a Dante, me ha enseñado a leer los almanaques con su brazo mineral y bondadoso, “José María” es su nombre y es el mío. Contad si están los doce y está dicho: éstos son los nombres de mis meses.

2 comentarios:

  1. Que bello calendario, personal e intransferible y, a la vez, capaz de trascender hasta el lector y preguntarle los nombres de sus meses, aunque tan en silencio.
    Me gusta mucho. Otra vez;-)
    Saludos.

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