Consagración del Templo del Cielo (Tian-Tan) en Pekín.
Acudid a Tian Tan una noche serena cuando fluye el dragón por la rueda del Cielo y se hacen visibles los confines del Cosmos.
Acudid a Tian Tan para hundir vuestros manos en las aguas azules de la gran Armonía. Porque el Cielo es redondo y la Tierra cuadrada, acoged dócilmente la Luz de los planetas.
Acudid a Tian Tan con linternas y flores, con timbales y cuerdas, con bengalas del día. Levantad una hoguera de blancura y de júbilo y aguardad las señales de las naves insomnes, las que surcan, errantes, los océanos del tiempo, los espacios gigantes y vacíos.
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