Fundación de Buenos Aires.
Veo un nombre claro de limpia tipografía impreso en la portada de un libro gastado, veo la bruma en el Plata, veo los barcos que arriban, azul y populosa Buenos Aires de niebla, lejana y española. Madrid del Sur del Mundo, Nueva York de la Pampa. (Al oriente, risueña, luce Montevideo gracia de Barcelona.) Hemos intercambiado generales y emigrantes, tahúres, mate, corralitos, películas de reparto repetido y tramas consabidas, psiquiatras dudosos, cantautores de voz quemada, tiras del tebeo, cromos de futbolista. Y todavía no he pisado tus plazas anchurosas que propenden a París bajo el firmamento austral, mi Buenos Aires querido. El tango repite su falaz melancolía y una saeta rubia, un vuelo de Iberia naranja y poderoso, une como el metropolitano la plaza de Oriente y la de Mayo, la Avenida 9 Julio y el Paseo de la Castellana , a través del océano insalvable y amigo por el que bogan sucesos de papel, magia del idioma.
Saludalo a Borges de mi parte.
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