27 de Febrero


Carlos III expulsa a la Compañía de Jesús.

Junto a las flores del loto, en el estanque congelado de Azpeitia, el Templo de los Antepasados cobija tablillas de madera funeraria y los soldados de Ygnacio depositan frutas a los muertos de Confucio, ad majorem Dei Gloriam. Junglas del Paraguay: Robert de Niro acecha a los esclavistas de Portugal armado con los mosquetes de la Revolución, el Padre Gabriel cae abatido con el Ostensorio en la mano, suena la música atronadora de una catarata sublime por la que Carlos III despeña a los vasallos vaticanos on earth as it is in Heaven. De los techos reventados de la Iglesia del Gesù de Roma se desploman las legiones del Papa y sus barcas guaraníes. ¡No servir a Señores que en gusanos se conviertan! La mano dudosa del Pontíficie (et tu, Brute?) sanciona el exilio a Bielorrusia y Pomerania, a mayor gloria de Dios, de Federico II y de la Corte volteriana de Catalina la Grande.



 

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