Muerte de Dante.
Al amanecer del Día Octavo un leopardo vagará por la Plaza de la Señoría acechando la impudicia de las estatuas, los güelfos bautizados en el bello San Giovanni retornarán a Florencia del exilio -parvi mater amoris- y el Infierno se desplomará de los mosaicos de la bóveda. Beatriz de Portinari tomará otra vez la Comunión en Santa Margherita y los réprobos serán confinados en su círculo vicioso mientras resplandece la corona de laurel en la carne renacida del mármol-Vita nuova-.Al caer de la tarde los justos cortarán las amarras que retienen a Santa Maria dei Fiori junto al Campanario de Giotto y por acción de la Cúpula que la palabra del Alighieri ha henchido ascenderán hacia el Empíreo, como en un zeppelín de oro rojo tallado por Brunelleschi.
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