5 de Septiembre

Fundación de la Hermandad de los Prerrafaelitas.

Entrever en la verja del jardín cerrado, cubierto de maleza y de hojarasca, un arpa de oro verde. Acariciar los tallos y las hojas, hacer sonar las músicas umbrías de la metamorfosis de las plantas y trasponer el umbral de las ruinas bajo una ojiva de ladrillo rojo. Una vez junto al pozo mirar tu reflejo en la lámina negra de agua inmóvil. Aguarda. Acudes cada noche a este lugar llevado por las pálidas figuras de los sueños, a través de senderos olvidados donde Cristo se aparece entre los árboles, pero nunca habías pasado adentro. El pozo es muy profundo. En el fondo del huerto hay un ángel flamígero que avanza muy despacio hasta tu sitio. ¿A quién reza esa Mujer?

No atiendas a las voces de los niños.



1 comentario:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar