Se inaugura el reloj astronómico de Praga
El Moldava da cuerda al engranaje
de la piedra y la cúpula barrocas.
Mándrágora de bronce, Praga mágica,
como caja de música de Mozart.
Desde lo alto de torres y palacios
los ángeles se arrojan al vacío
hacia el sueño terrible del Poeta
y la mirada errante del Judío.
En el viejo reloj, bajo la nieve,
la Muerte da la hora en Babilonia
y palpitan las órbitas de Kepler.
Mandrágora de bronce, Praga mágica,
en el puente de Carlos contemplamos
el silencio de todas tus estatuas.
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