Elección del Papa Juan
Pablo I.
Y del Juicio Final ha
descendido la paloma de Miguel Ángel hacia ti, Albino Luciani, Patriarca de
Venecia. En la noche efervescente de tu oratorio flotan burbujas venenosas y la Guardia Suiza retira
los dólares de la Plaza
de San Pedro antes del amanecer. Pero tu sonrisa breve desprecia la carcajada
sorda de los Borgia y las llamadas desesperadas de los mafiosos que aporrean a
tu puerta. Esperas a la muerte que navega silenciosa como una góndola hacia tu
corazón inmaculado. Durante los treinta y tres días de Cristo los cálices de
Sicilia se han anegado en sangre reclamando vendetta y el viento
ametrallado de Polonia ha duplicado tu nombre: el caballo de Gandalf el
Blanco está abrevando en las fuentes de Roma.
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